martes, 5 de junio de 2007

Cristianismo

Historia del Cristianismo Jesús nació en Palestina y, tras largos años de aprendizaje y anonimato, comenzó a predicar a los judíos. Sus ideas chocaron radicalmente con las de los sacerdotes judíos de la época que, molestos por unas enseñanzas que socavaban el fundamento de su autoridad, conspiraron para acabar con Jesús. Usando a los romanos para ejecutar una sentencia de muerte que los judíos no podían llevar a cabo, Jesús fue crucificado, muerto y sepultado. Sus discípulos, sin embargo, no cejaron en su empeño, sino que siguieron predicando las enseñanzas de Jesús, no solo a los demás judíos sino también a los romanos, griegos, egipcios y demás gentiles de la época. El cristianismo fue bien recibido por las clases más bajas del imperio, esclavos, artesanos y comerciantes que veían en Jesús un símbolo de la opresión y el sufrimiento que ellos mismos experimentaban. Con el tiempo también llegó a las más altas jerarquías del imperio, hasta el punto en que durante siglos la iglesia sirvió de apoyo a muchos reinos e imperios de la civilización occidental. Durante mil años los cristianos formaron un frente común y aunque en su seno surgieron teólogos que discrepaban en algunos dogmas como la virginidad de María, la Trinidad, etc. estos teólogos fueron silenciados o excomulgados por el papado. Sin embargo, a partir del siglo XI, las discrepancias ocasionadas por la duda de si se podían usar imágenes en las iglesias (en contra del segundo mandamiento) provocó la separación de la iglesia de Roma y la de Constantinopla, haciendo que ambas se excomulgaran entre sí. Aunque la iglesia de oriente conservaba mejor las tradiciones del cristianismo primitivo, fue la iglesia de occidente, asentada en Roma, la que demostró mayor dinamismo a la hora de evangelizar a los diversos pueblos que integraba en su seno, sin embargo no pudo evitar varios cismas en los siguientes siglos durante los cuales hubo varios papas y antipapas luchando por el control de la iglesia.

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