martes, 5 de junio de 2007

El Anticristo


La denominación de “anticristo” se emplea en las Sagradas Escrituras con un doble significado. En un sentido amplio, se refiere a cualquier enemigo de Cristo (el prefijo “anti” significa contrario) y en un sentido estricto, esa denominación señala a una persona determinada, el “anticristo”, quien dirige todos sus esfuerzos a la erradicación de la fe en Cristo.
La aparición de este anticristo personal sobre la arena mundial será la última y decisiva señal de la aproximación de la segunda venida de Cristo.¿Qué favorecerá el éxito del anticristo, y en que residirá el secreto de su enorme poder e influencia? Es evidente que el anticristo será el notable portavoz de su época material y atea. Además, su llegada al poder será promovida por ciertos factores externos. Probablemente, en su tiempo la humanidad estará amenazada por una guerra mundial nuclear y biológica o por una crisis política y económica univesal. Los gobiernos estarán al borde del derrumbe, y las naciones vivirán en estado de alboroto y revolución. Entonces, sobre las olas turbias de la tempestad mundial, surgirá un líder “genial” como el único que puede salvar a la humanidad de la humanidad. Será respaldado por una poderosa organización interesada en el dominio mundial. Con su apoyo, el anticristo se presentará con su programa de reformas económico-sociales, que serán obstinadamente sostenidas y propagadas por los medios masivos de información.
LA IMAGEN DE LA BESTIA
Apocalipsis 13 dice que el socio del anticristo, el falso profeta, hará una imagen del anticristo (”la bestia”) para que el mundo la adore. Se nos dice que el falso profeta tendrá poder para “infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no le adorase” (v.15). Imagínese un profeta del primer siglo tratando de describir “una imagen que cobra vida”. Para él no tendría sentido; sin embargo, lo escribió.
EL REINO DEMOCRATICO DEL ANTICRISTO
Al describir el imperio que gobernaría el mundo en los últimos días, el profeta Daniel dice que estará compuesto “en parte de hierro y en parte de barro” (Daniel 2.41-42). El hierro de una nación se puede ver en sus fuerzas armadas; por ejemplo, la Cortina de Hierro o el Puño de Hierro de Roma. Sin embargo, la referencia del barro también es interesante. En toda la Biblia el barro es símbolo del hombre (Isaías 45.9; 64.8). Por mucho tiempo, los estudiosos de la Biblia han interpretado este reino de barro como un “reino del pueblo”. Actualmente, un mundo que temía que el comunismo arrasara el occidente, se da cuenta que la democracia (”del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”) está barriendo el oriente. Mientras los dos sistemas se adaptan para abrazarse entre sí, como es el caso de Europa Oriental, tal vez empezamos a ver las etapas preliminares de un imperio hecho “en parte de hierro y en parte de barro”.

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